Automotriz alemana probó sus emisiones de escape con humanos y monos
Ante la creciente ola de críticas por el escándalo por experimentos con seres humanos y monos para verificar los efectos de los escapes de vehículos diésel, la automotriz Volkswagen reaccionó hoy con la suspensión de uno de sus máximos ejecutivos, el apoderado general Thomas Steg.
La ejecutiva de Volkswagwen aceptó una propuesta del propio Steg, apoderado general y director del área de Relaciones Internacionales y Desarrollo Sustentable, informó Volkswagen en un comunicado difundido en su sede central, en Wolfsburgo.
Volkswagen y otras dos empresas alemanas, BMW y Daimler, se encuentran en el centro de una polémica tras conocerse que participaron en experimentos con monos y con seres humanos, haciéndolos inhalar dióxido de nitrógeno (NO2) en diferentes concentraciones.
BMW anunció a su vez que «de inmediato se iniciaron investigaciones, que aún perduran», sin conocerse resultados preliminares.
En Volkswagen, Steg estará suspendido hasta que se llegue a las conclusiones finales de las investigaciones sobre los experimentos denunciados, indica el comunicado de VW, el mayor constructor de vehículos de Europa.
«Estamos investigando en detalle y tomaremos todas las consecuencias posibles de los resultados a los que lleguemos», aseguró el presidente de VW, Matthias Müller.
Se trata de experimentos realizados por la Asociación Europea de Investigación para el Medio Ambiente y la Salud en el Sector del Transporte (EUGT), un centro de investigaciones financiado por las automotrices alemanas Volkswagen, Daimler y BMW, que fue disuelto en 2017.
En uno de los ensayos, realizado en dependencias de la Universidad Técnica de Aquisgrán, en Alemania, 25 personas sanas inhalaron durante horas distintas concentraciones de dióxido de nitrógeno, un gas que irrita las vías respiratorias y que
procede principalmente de los tubos de escape de los vehículos.
Otro experimento de la EUGT, según los informes presentados por diversos medios, se hizo en Estados Unidos, en laboratorios de Nuevo México y consistía en hacer que diez primates confinados en una pequeña recámara inhalaran durante horas los gases de los tubos de escape de un Volkswagen modelo «Beetle» y, posteriormente, los de un modelo comparable de Ford.
Steg, horas antes de ser suspendido, había asegurado que los dos experimentos no tenían nada que ver el uno con el otro. En el realizado en Aquisgrán, con los seres humanos, «los voluntarios fueron expuestos a concentraciones muy por debajo de lo normal en muchos puestos de trabajo».
Sobre los ensayos con monos, dijo que «investigadores estadounidenses querían hacer pruebas con seres humanos», pero Volkswagen rechazó ese estudio. «Les dijimos que por supuesto no lo íbamos a consentir». A raíz de la negativa se encargó sin embargo realizar el estudio con animales, aclaró.
En declaraciones a la prensa, Steg dijo sentirse «avergonzado» de esas pruebas. «Lo que sucedió no debería haber ocurrido», dijo al periódico «Bild», asegurando además que Volkswagen «nunca más» iba a realizar experimentos con animales.
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