Edificios verdes en Buenos Aires
Buenos Aires tiene ya sus primeros seis green buildings y varios proyectos más de edificios sustentables en marcha. Son obras con una nueva forma de concebir las construcciones, a partir de materiales reciclables, con un impacto menor en el medio ambiente y un plus para sus dueños o inquilinos: ayudan al bolsillo con ahorros de energía, menor consumo de agua y están pensados para potenciar el reciclado de los residuos que producen.
Su número, aunque incipiente, tiene como puntos de comparación Nueva York, donde hay 15 (con muchos más metros cuadrados), mientras que San Pablo y Río de Janeiro juntas tienen 24. “Es la nueva visión de la arquitectura para mitigar el impacto en el medio ambiente. Lo más destacable es que reducen entre un 10% y un 40% la emisión de gases de efecto invernadero”, explica Eduardo Prassolo, broker de la división oficinas de L.J.Ramos, que elaboró el informe del que surgen las cifras.
Estos edificios son el comienzo de una tendencia que llegó para crecer, de la mano del aumento de la conciencia medioambiental. Según Prassolo, “son muy valorados en el segmento de oficinas premium, en especial por empresas multinacionales que buscan posicionarse entre sus clientes. Decidieron instalar sus sedes centrales en oficinas sustentables y trasladan esos requisitos hacia sus filiales del exterior”.
En las calles porteñas, sus máximos exponentes son muy reconocibles: uno es el Madero Office, en el dique 4 de Puerto Madero, de la constructora Raghsa. La mitad está ocupada por el Standard Bank, y el resto por la petrolera Dow Chemical e Italcred. El otro, es el Barrancas de Lezama, del Banco HSBC que recicló bajo los conceptos green el antiguo edificio de Cruz de Malta frente al Parque Lezama. Este último ya tiene certificación LEED (siglas en inglés de Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), y el Madero Office está muy cerca de alcanzarla. Además, hay dos torres más en proceso de adecuación, San Martín 344 y el American Express Building. Y en la zona norte, está a punto de estrenarse el complejo Greending Ugarte. Hay un edificio más terminado, pero no es una torre, sino el nuevo local de McDonald’s en Pilar, también con certificación LEED. Y la misma Raghsa lleva adelante el proyecto de Belgrano Office, que estaría terminado para 2013.
¿Cómo es un edificio sustentable?
Desde el Argentina Green Building Council, Carlos Grinberg define cinco principios básicos: “El cuidado del suelo y su entorno, cuidado y ahorro de agua, ahorro de energía, calidad del aire interior y el uso de materiales renovables”. Y asegura que en la práctica hay beneficios en el proceso de construcción, como ser más cuidadosos en el movimiento de materiales (no tirar tierra o materiales en calles o alcantarillas) o controlar la emisión de ruidos. Una vez terminados, permiten un ahorro promedio del 30% en energía eléctrica y entre 30 y 50% menos de consumo de agua, según indican en L.J.Ramos.
Esto se logra con mecanismos de aislación, como el doble vidriado hermético, que disminuye el impacto en los días de mucho calor o frío, sumados a sistemas de ventilación que regulan la entrada de aire fresco y dan mejor calidad de vida a sus ocupantes. “Muchos tienen sistemas colectores que reutilizan el agua de lluvia, hay inodoros con doble descarga, además de grandes superficies vidriadas para aprovechar más la luz del día y obviamente se usan lámparas de bajo consumo que pueden tener sistemas inteligentes para apagarlas si no hay actividad en el piso”, detalla Grinberg. También pueden usar equipos de aire acondicionado de alta eficiencia con refrigerantes que no agreden la capa de ozono, y en la construcción se descartan los materiales tóxicos (como el caucho) y se prefieren los reciclables. “Otra diferencia con un edificio común es que se aprovechan mejor los espacios porque son plantas totalmente libres, con pocos tabiques que tapen el paso de luz, y los espacios de trabajo se ubican cerca de las ventanas. Esto aporta más confort para el que pasa muchas horas en la oficina”, agrega Prassolo.
En el caso de Barrancas de Lezama, el edificio “recolecta” el agua de condensación de los equipos de aire acondicionado, que en parte se reutiliza en sus techos con cubiertas verdes, que a su vez sirven como aislación. “Para nuestras tareas cotidianas fue una mejora muy grande en cuanto a confort, logramos 98% de satisfacción entre los empleados con el espacio de trabajo”, señala Maximiliano Kuraczinsky, del HSBC. María Inés Impaglione, del Standard, resume: “Nuestro edificio tiene espacios grandes, que dan eficiencia al trabajo y comodidad, y va de la mano con la idea global de reducir nuestro impacto ambiental”.
Los green buildings tienen un costo de obra un 10% por encima de los tradicionales. Pero en el sector aseguran que la inversión se recupera con la reducción de los gastos y porque en el caso de las oficinas, se pueden alquilar o vender en el mercado premium a valores más altos que los tradicionales.
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Enhorabuena un gran post. Gracias y saludos.