Científicos logran fabricar magnesita, el mineral que da batalla al cambio climático

La lucha contra el cambio climático se libra en muchos frentes y maneras distintas. La naturaleza, tantas veces vapuleada, esta vez recibirá una ayuda desde los laboratorios: un grupo de científicos logró acelerar de manera exponencial la formación de magnesita, uno de los minerales que utiliza la Tierra para secuestrar y almacenar dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero.

Normalmente, necesita de 100 a 1.000 años para formarse en la superficie del planeta, por lo que conseguir que esos plazos se acorten equivale a adelantar varios casilleros. Muchos experimentos trataron de lograrlo, pero pagando un alto costo.

«Se aceleraba la formación de magnesita con reactores de altas temperaturas, que significaba mayores gastos de energía y dinero. Nuestra investigación demostró que se puede formar a temperatura ambiente y en un corto período de tiempo», explicó Ian Power, líder del proyecto y profesor de la universidad canadiense de Trent.

La clave del procedimiento es destruir la capa de hidratación alrededor de los iones de magnesio que dificultan la formación del mineral. Y puede hacerlo en tan solo 70 días. El salto que falta es pasar de las pruebas de laboratorio a un proceso industrial.

«Hay muchos investigadores estudiando tecnologías para capturar y almacenar CO2 y muchas funcionan, pero el gran desafío es cómo podemos implementarlas económicamente a gran escala», detalló.

Una nueva vía de gran impacto

La noticia llega en buen momento, porque el tiempo acucia. El informe anual de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU, elaborado a partir de contribuciones de más de 500 científicos de 65 países, concluyó que en 2017 la concentración media de gases de efecto invernadero en la atmósfera batió récords: llegó a las 405 partes por millón, la más alta desde que comenzaron los registros modernos. Además, fue uno de los tres años más calurosos desde 1880.

La magnesita es una esponja confiable y eficiente. Se estima que una tonelada puede eliminar alrededor de media tonelada de dióxido de carbono de la atmósfera, una ayuda inestimable para ralentizar el calentamiento global. El científico señaló que existe otra gran ventaja adicional con este mineral: «Es estable por largos períodos de tiempo, y ambientalmente benigno y seguro».

Su hallazgo no será un golpe de nocaut al cambio climático, porque los factores negativos son tantos (combustión de carbón y petróleo, deforestación, emisiones de otros gases nocivos) que harán falta medidas conjuntas y programas estructurales a largo plazo. Pero es un avance en la dirección correcta. Power es optimista: «Nuestro gran desafío sigue centrado en cuánto y cómo podemos mejorar este tipo de tecnología. Sin embargo, demostramos que existe una nueva vía y que puede tener un gran impacto».

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