Los desechos de los equipos electrónicos y eléctricos (RAEE)
Todos podemos dar fe de que los equipos electrónicos y eléctricos (EEE) ocupan cada vez más espacio en nuestros hogares y oficinas. Y como la vida útil de los mismos, entre ellos las computadoras, los teléfonos inteligentes, los enrutadores y los monitores, se acorta, dando como resultado montones antiestéticos de aparatos apenas usados, averiados u obsoletos.
Con el tiempo, estos EEE que alguna vez fueron caros y «de gran demanda», son entregados a camiones de desechos electrónicos.
Según un reciente estudio (i) de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), en 2014 se generaron aproximadamente 46 millones de toneladas de residuos electrónicos en todo el mundo. Aunque los dispositivos tecnológicos son parte esencial de nuestra vida diaria en la actualidad, el impacto social de la chatarra electrónica puede ser grave si esta no se administra de acuerdo con normas adecuadas de gestión de desechos.
Por ejemplo, si la basura tecnológica no es tratada cuidadosamente, quienes manipulan estos residuos —que en el mundo en desarrollo serían las mujeres y los niños que trabajan— quedan expuestos a sustancias tóxicas. En África y Asia hay muchos ejemplos de grandes vertederos de desechos electrónicos, pero no existen documentos oficiales relativos al origen y cómo exactamente la chatarra electrónica llega hasta dichos sitios. En los países desarrollados, es posible que enormes flujos de desechos electrónicos, sin la documentación pertinente, sean tratados o procesados bajo normas menos estrictas.
Demás está decir que el medio ambiente también se ve afectado de manera negativa.
Si bien este es un problema que aumenta cada vez más a escala mundial, los países no tienen un sistema de medición uniforme o un indicador sobre la basura tecnológica que generan. Sin embargo, varios países desarrollados y en desarrollo ya han comenzado a recopilar datos importantes relacionados con estadísticas de desechos electrónicos.
En un esfuerzo por establecer cierta uniformidad y normas de datos que se puedan comparar entre los países, la UNU anunció recientemente un marco de medición que fue propuesto por la Alianza para la Medición de la Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TIC) para el Desarrollo. Entre los miembros de la coalición están la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y el Grupo Banco Mundial.
El grupo de trabajo de la alianza encabezado por la UNU está concentrado actualmente en integrar y validar datos estadísticos armonizados disponibles y otras fuentes de datos no estadísticos sobre la producción de residuos electrónicos. El marco recoge los elementos más importantes de los escenarios relacionados con la eliminación de la basura tecnológica en todo el mundo. Un panorama completo acerca de la metodología usada por la alianza se puede encontrar en estas directrices. (i)
Si bien la clasificación de los desechos electrónicos es en esta etapa autónoma, esta se vincula a múltiples fuentes y formatos de datos, como el Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías (SA) y el informe de la Directiva de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (WEEE, por sus siglas en inglés) de la Unión Europea.
Los parámetros en el marco de la medición y de la función de clasificación sirven como columna vertebral de la recopilación de datos y, por lo tanto, permiten la medición de estos flujos.
Estos indicadores de residuos electrónicos podrían proporcionar un panorama muy útil del mercado de los productos electrónicos y eléctricos de un país en particular. Además, ofrecerían a los encargados de formular políticas datos fundamentales sobre el aumento de las cifras de residuos electrónicos e información valiosa acerca de las tendencias relacionadas con el impacto ambiental de los mismos.
www.worldbank.org
Comentarios recientes